Dicho rápidamente, un intraemprendedor es un emprendedor bajo el paraguas de la empresa. Porque, sí, se puede emprender dentro de una empresa. No es necesario que montes tu propio negocio para ser un emprendedor. No todo el mundo tiene el deseo ni la capacidad para montar su propio negocio. Pero las empresas necesitan intraemprendedores. Es más,
Las empresas debería fomentar el intraemprendimiento, como elemento estratégico fundamental para el crecimiento y la innovación.
Pero, ¿qué qué caracteriza a un intraemprendedor?
Iniciativa
Ésta es bastante obvia, pero no por ello debemos dejar de citarla.
El intraemprendedor no se ciñe a las tareas que se le asignan en la empresa. Intenta ir más allá. No se trata de no cumplir con lo asignado, sino de tratar de sacar el máximo de su trabajo viendo qué puede aportar: la mejora de un proceso, un producto nuevo, la mejora de uno existente, etc.
Pero esto es el principio. A partir de ahí las posibilidades son múltiples, ya que el intraemprendedor no se contenta con proponer cosas. Intenta que salgan adelante.
Obviamente esto le pone en el difícil equilibrio entre sus asignaciones y sus iniciativas como intraemprendedor. Pero esto es parte fundamental de la naturaleza intraemprendedora.
Curiosidad
Un intraemprendedor, como todo emprendedor, debe tener la capacidad de observar lo que ocurre en su entorno. Debe ser suficientemente curioso como para averiguar qué sucede a su alrededor, qué se puede proponer para satisfacer las necesidades (dentro de la empresa y para con los clientes). No se trata de lo que hay. Se trata de lo que debería haber.
Cuando eres curioso, encuentras montones de cosas interesantes para hacer — Walt Disney
Desenvolverse en todos los niveles de la empresa
Otra cualidad ampliamente reconocida por todo el mundo. El intraemprendendor debe conocer los hilos del poder de la empresa. Debe tratar de convencer, implicar, a todos los estamentos y, para ello, es fundamental saber quién hace qué, quién opina qué y qué teclas deben ser pulsadas en cada momento. Debe moverse como pez en el agua.
Y todo ello desde el máximo respeto posible. Una cosa es discrepar, otra muy distinta manipular o adular falsamente. La ética personal y profesional, y el respeto a los demás, deben estar siempre por encima de cualquier otra cosa.
Rasmia
Rasmia es empuje y tesón para acometer y continuar una empresa. Es una palabra que se usa mucho en mi tierra.
En más de un momento las cosas vendrás torcidas. Seguro. El intraemprendedor debe tener la confianza y seguridad en sí mismo, la determinación, suficientes como para sacar las iniciativas adelante. Sin ese nervio, esa rabia, esa rasmia, no hay nada que hacer.
Aglutinar equipos
Una disculpa recurrente que pone la gente para no emprender, o intraemprender, es que no sabe de todo. Nadie sabe de todo. Como dicen Les Luthiers, lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe.
El intraemprendedor no solo sabe quién sabe. Se conoce a sí mismo, sus puntos fuertes y débiles. Sabe aglutinar equipos, meter a la gente en el mismo barco, sacando de cada uno lo mejor. Sabe quién puede aportar requisitos, quién le puede dar la solución tecnológica, quien abordará mejor las cuestiones de marketing (interno y externo), etcétera etcétera etcétera.
Constancia
Las cosas difícilmente salen bien a la primera. Muchas veces ni siquiera se sabe de salida qué se quiere hacer, las cosas cambian. Te ponen palitos en la rueda de la bicicleta. El intraemprendedor debe seguir adelante, no rendirse.
¿Qué otras características crees que debe tener un buen intraemprendedor?
¡Gracias por comentar!
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